“Un hombre viaja por el mundo buscando lo que necesita y regresa a casa para encontrarlo”. – George Moore
Creo que llevaba toda la vida buscando lo que creía que necesitaba y sin realmente encontrar.
Fue entonces cuando me di cuenta de que, no encontraba lo que buscaba..¡Porqué no sabía que era!
Descubrí que realmente conocía tanto del resto, y que lo que conocía me encantaba pero
realmente tenía que encontrar lo que me gustaba a mi misma. Y así lo hice, considero que, quizás
hice una parada en el tiempo, y decidí mirar que era lo que buscaba, marcar unos objetivos y
intentar cumplirlos.
Descubrí que adoro hacer reír a los demás, quizás eso fue porque descubrí que adoro mirar las sonrisas.Me encanta mirar la forma de la que sonríe cada persona, y lo mejor es que me di cuenta de que lo que más me gusta son las sonrisas naturales, los dientes imperfectos y con su encanto.
Me las ingenié para ver que me gustaba en otra persona, me volví una persona exigente, jamás a nivel físico.Me di cuenta de que adoro a las personas con tema de conversación casi constante. Que no me gusta una persona con la que lo tenga todo en común, que pienso que sin diferencias la vida es muy aburrida. Y valoré lo que sentía descubriendo que cuando alguien sea la persona ideal, creo que no lo sabré a primera vista, si no a primera risa.
Y...descubrí que eso que yo creía en un segundo plano de mi vida, la fe y el ser por y para los demás era la base de ella.
Creo que una de las pocas cosas que sabía de mi antes de comenzar esa búsqueda es, que me encanta tratar con niños, me llena muchísimo verlos sonreír, aprender y madurar. También me dí cuenta de que ahí tenía uno de mis primeros sueños, quería volver a tenerlos en mi vida, volver al trato cercano de tu a tu que tanto me llenaba. Me planteé las posibilidades que tenía para ello y gracias a un buen amigo, puede decirse que redescubri un sueño que siempre había estado latente, pero por situaciones, u otros sueños que también había cumplido, no me había planteado jamás cumplir. Y si, un domingo, poco antes de semana santa, con casi 19 añazos, decidí embarcarme en una nueva experiencia. Decidí ser Scout. Me había pasado media vida siendo Spinola, cosa que agradeceré a mi madre eternamente, y ahora estaba cumpliendo otro sueño, pero esta vez, aunque echando de menos, tomaba lo positivo. Quería compartir mi mezcla de esencia Spinola, con la vida Scout. Y sueño cumplido, esta en proceso de construcción y va viento en popa.
Quizás echaba mucho de menos un grupo de amigos estable, siempre los mismos y todos a una, cosa que por situaciones, no tenía hacía bastante tiempo, un lugar donde ''Sentirme como en casa''. Y descubrí que sin buscarlo y después de cerrar muchas puertas se abrió una puerta enorme. Realmente ahora tengo unos amigos que no me los merezco. Cada uno en su estilo y todos muy diferentes pero increíbles.
Después empecé a centrarme en los pequeños detalles. Y descubrí que mi pequeña cabecita funciona como un continuo bloc de notas. Narra y describe casi cada momento de mi vida como si de un cuento se tratase. Lo mejor es que, no solo es como un bloc de notas, es como una película, una mezcla de drama, comedia, ciencia ficción y quizás aunque en pocas ocasiones un poco de romance. En esa película que casi a diario se narra en mi cabecita no falta una banda sonora. Es como si en cada ocasión hubiese una canción que cuadrase completamente con mi vida.
Fui consciente de que odio contestar al whatssapp, me parece lo mas aburrido del planeta, y de que me encanta hablar de tu a tu. Las llamadas largas de teléfono y las conversaciones en cualquier barecillo con un nestea bien fresquito.
Y a pesar de todo hay cosas que nunca cambian o eso dicen, me sigue encantando la semana santa, la fotografía, el dibujo y sobre todo escribir.
Quizás buscaba en el lugar inadecuado y encontré la circunstancia adecuada para dejar de descubrir el mundo y comenzar a descubrirme .